Wii: ¿Quien dijo que las consolas no eran peligrosas?

Tony, un soldado recién llegado del frente de Irak, se encontró con que su círculo de amigos le comentaban que su mujer le estaba poniendo los cuernos con otro hombre. Él se mostró incrédulo, pero como siempre, la naturaleza humana tiende hacia lo peor de cada uno y comprobó los avatares de la Wii, consola que había comprado poco antes de partir hacia la guerra y descubrió que uno de ellos, masculino, había aparecido recientemente. Comprobó las horas en las que habían jugado y descubrió que fueron muchas noches junto al avatar de su mujer. Aún a falta de pruebas, ha comenzado a tramitar los papeles del divorcio estando seguro de las noches en las que su mujer le engañaba.
Para que luego digan que la Wii no puede ocasionar daños irrecuperables, aun así a mi me parece que fue más tonto el amante de la mujer, con lo fácil que es borrarlo o simplemente usar el del marido. Estos fallos son los que nos hacen humanos.

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