Si es que...

Yo: "Volví a llegar tarde a clase."

Persona X: "Si es que..."

Típico. Si es que...

Si es que... ¿qué?. No sé porqué existe la horrible costumbre de dejar la mitad de las frases sin acabar. El "si es que..." es el más notorio y el que más se usa (quizás por su versatilidad), pero hay unos cuantos más, y normalmente se dicen para no perder el tiempo en detalles triviales que "lógicamente entiende cualquiera". Pero no es así. Y además, es incómodo, muy incómodo, y hace que inconscientemente, te resulte mucho más agradable hablar con alguien que habla con propiedad, acabando todas sus frases, que usando la típica muletilla de anda que yo..., porque tu... vamos y demás. Por mucho que quien suelte esas frases pueda saber mucho más, siempre es más cómodo hablar con alguien que sabe expresarse. Y tampoco es tan difícil.

¿Tanto cuesta pararse a pensar un segundo en lo que se va a decir? ¿Es un esfuerzo tan monumental? Hay veces que, de la cantidad de muletillas, no es posible sacar información útil. Y sin embargo, quien te lo dice, piensa que te ha dicho un montón de cosas. Hablar no es comunicar de por sí. Para comunicar algo tienes que saber lo que quieres decir, pensar cómo lo vas a decir, y luego decirlo correctamente. La primera normalmente se sobreentiende en una conversación entre, al menos, dos personas, pues se supone que hay un tema y se sabe más o menos qué se puede responder. La segunda no la hace mucha gente, y da lugar a ya ves, si, ¿verdad?, claro, claro, yo pienso lo mismo, hombreee... por supuesto y más cosas. La tercera, a la que llegan unos pocos, son menos aún los que consiguen llevar a cabo. Pero eso ya es cuestión más que de pensar en ello, de saber hacerlo, de habilidad, y eso se consigue con el tiempo.

Y parece que me estoy refiriendo a hablar ante mucha gente, o hablar de cosas importantes, en situaciones especiales. Pero no. En absoluto. Me refiero a conversaciones cotidianas, naturales, espontáneas. Estos detalles deberían ser espontáneos en todo el mundo. Y como espontáneos, deberían ser inmediatos. Pero, a pesar de eso, creo que es menos molesto que una respuesta tarde uno o dos segundos más, a que la respuesta sea si es que... En una conversación uno espera obtener información de la respuesta, espera, en cierto modo, aprender algo. Y aprender algo no significa volver a casa sabiendo un nuevo teorema matemático o dos citas de Voltaire. Significa que la próxima vez que hables con esa persona, sabrás que no le gustan las cosas muy saladas, que le gustan los zapatos azules, que prefiere ir al cine antes que a un partido de fútbol. Esas son las cosas que uno aprende en una conversación cotidiana. Y un ya ves no te dice nada, excepto que a esa persona no le interesa demasiado intercambiar opiniones, conocerte o darse a conocer.

Y es curioso que lo diga yo, porque el ya ves lo utilizo mucho. Mucho más de lo que debería, de hecho. Pero es una mala costumbre que intento quitarme, pues cada vez que lo digo, me doy cuenta después de haberlo dicho de que no estoy siendo correcto, que no se espera de mí que esté completamente de acuerdo siempre. Se espera un debate, se espera que si no estoy de acuerdo diga porqué, si estoy de acuerdo diga porqué, y que si no me interesa, diga que no me interesa, para no perder tiempo en una conversación insulsa y comenzar, quizás, una más interesante.

Pararse a pensar unos momentos no es difícil. Habría que intentarlo más veces al día. Hacer trabajar el ingenio para no ser como todos esos que dicen sólo tacos, muletillas y frases incompletas. Serás siempre recordado, aunque sea inconscientemente, como alguien con quien volvería a hablar de cualquier cosa.

PD: Vaya, parezco serio y todo escribiendo en este plan. Me pregunto porqué siempre me salen ladrillos de este tamaño :P

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