
En un aspecto un poco más técnico, la cámara tiene sensores que son capaces de medir la profundida de cada píxel capturado utilizando un principio llamado Time-of-Flight (Tiempo de vuelo). Consigue la información 3D emitiendo pulsos de luz infrarroja a todos los objetos de la escena, y capturando la luz reflejada de la superficie de cada uno. Entonces cada objeto se ordena en un eje Z, que devuelve un mapa de profundida en escala de grises para luego interpretar como se quiera en el ordenador. Dicen que la resolución de la profundida puede alcanzar a detectar hasta 0,4 pulgadas, y al mismo tiempo video a color de 1,3 megapíxeles a 60 frames por segundo. La tecnología no es nueva, ya hay cámaras profesionales que pueden hacerlo, pero esta es la primera de consumo con esta capacidad.
La cantidad de utilidades que se me ocurren para este aparato son demasiadas. Por ejemplo, y como pone en la nota original, utilizarla para manejar el ordenador en plan Minority Report, pero sin guantes ni historias raras. Para los videojuegos, la de pasta que nos ahorraríamos en accesorios, si podemos usar las manos como pistola, espada, volante, mando... molaría. Es cosa de que sepan venderla y los desarrolladores aprendan a sacarle provecho. Siendo realista, no creo que suceda tal cosa, pero sería grandioso.
Hay un video en Gizmodo, que no puedo poner aquí, pero vale la pena ver para hacerse a la idea de cómo va el asunto.
Bueno, tras estos días de parón, esperemos a partir de esta semana recuperar el ritmo, y que no decaiga otra vez.
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